Domingo de Pentecostés

Con Pentecostés celebramos el nacimiento de la Iglesia, el nuevo Pueblo de Dios, que nace de la Resurrección de Cristo. Ya no somos un pueblo que tiene una Ley escrita en tablas de piedra, sino en nuestros corazones, corazón de Piedad, corazón de Caridad. Un pueblo que esta llamado a anunciar la Buena Noticia, y para eso necesitamos el Espíritu Santo, el mismo Espíritu que impulsó a los primeros cristianos a morir mártires por la Fe. El mismo Espíritu que impulsó a nuestros hermanos fundadores a crear una cofradía en la que después del amor a nuestra Madre de la Piedad, lo más importante es el amor de nuestros hermanos. Piedad y Caridad unidos en un mismo corazón, un corazón que late al son del Espíritu Santo.

Oración

Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre,
don, en tus dones espléndido,
luz que penetra las almas,
fuente del mayor consuelo.

Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.

Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.

Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.

(Secuencia de Pentecostés)

Cofradía de Ntra. Sra. de la Piedad y del Sto. Sepulcro