Martes Santo

El Cristo

Querido diario:

Te cuento que hoy es uno de esos días en los que un cofrade de la Piedad se levanta acelerado y ya va a trompicones todo el día. ¿Por qué? Pues porque hoy es Martes Santo y por lo tanto la gente de esta casa hemos quedado en la calle Crespo de Agüero para una cita ineludible a las ocho de la tarde. Bueno, en realidad todo el mundo cofrade, sea propio o ajeno, sabe a lo que me refiero: hoy la Piedad sale en procesión para recoger amorosamente el Cristo de la Piedad de su capilla en el Refugio para trasladarlo hasta la iglesia de San Cayetano, donde aguardará ya junto a la Madre las doce campanadas de la medianoche del Jueves Santo. Y a partir de ahí ya sabes lo que viene a continuación… Pero antes vuelvo a lo mío y a mis atropellos porque las horas pasan rápido, hay que cumplir con las obligaciones diarias y además tener todo preparado para salir tarifando a eso de las siete como muy tarde -no corras que tengo prisa- hacia las puertas del Refugio. Los previos de los martes santos vienen siendo siempre así de estresantes por estos lares piadosos desde que allá por los finales de los años ochenta se institucionalizara esta salida procesional, que hoy, 34 años más tarde, es una cita ineludible y obligada y completamente consolidada en la realidad de esta cofradía.

La historia de esta procesión es la historia de una larga relación de cercanía y afecto entre dos instituciones amigas: el Refugio y la Piedad. Una relación que se fraguó y se entrelazó estrechamente cuando en el año 1940 el Hermano Mayor del Refugio, don Luis García Molíns (te acuerdas que ayer te hablaba de este destacado hermano de la Piedad) avisó a su amigo don Fernando Beltrán de que en aquella hermandad se veneraba de antiguo una imagen de un Santo Cristo regalado hacía siglos por uno de sus fundadores. Y resulta, añadió alborozado, que aquella bella imagen del crucificado era conocido como Cristo de la Piedad. Hace falta alguna razón más para que aquellos inquietos caballeros se pusiesen en marcha y se inventasen algo. Pues no. A continuación redactaron y firmaron un convenio entre ambas instituciones por el cual llevaría a partir de entonces en procesión el Santísimo Cristo de la Piedad, talla anónima del siglo XVII, propiedad de la Hermandad. Y oye, la cosa fue tan bien y tan contentos quedaron ambas partes, que en breves tengo que salir corriendo hacia la sede del Refugio para recoger el Cristo.

Aunque eso no siempre fue así. Durante décadas y décadas el Cristo era recogido el Miércoles Santo por unos cofrades previamente designados que lo cubrían con un paño negro y lo transportaban discretamente hasta San Cayetano. Hasta que un buen día, siendo Hermano Mayor don Roberto Gracia y García, la Piedad, cuya gente lleva la inquietud de los emprendedores en los genes, se puso a pensar. Y decidió que sería bueno dotar de mayor relevancia e incluso dignidad a aquel tránsito entre Crespo de Agüero y la plaza del Justicia. Dicho y hecho: a las nueve de la noche del 21 de marzo de 1989, el Hermano Mayor del Refugio hizo entrega por primera vez un Martes Santo del Cristo al Hermano Mayor de la Piedad. El acto se escenificó en la capilla del Refugio y, por realzarla, se realizó allí mismo el Ejercicio de la Piedad que tradicionalmente se lleva a cabo en San Nicolás en la tarde del Viernes Santo. Aunque es cierto que esta nueva apuesta tuvo un comienzo titubeante, la verdad es que con el paso de los años ha ido poco a poco tomando carácter propio hasta convertirse en una cita ineludible para nosotros. Te contaría algo más sobre el Cristo, que hay mucho que decir, pero es que si continúo tecleando no voy a llegar a tiempo. Que la procesión empieza a las ocho de la tarde y a mí aún me queda tarea por hacer. ¡Qué estrés tienen los Martes Santos!

Hasta pronto, querido diario.

(Continuará…)

Cofradía de Ntra. Sra. de la Piedad y del Sto. Sepulcro