Palabras de nuestro Hermano Teniente

Este año, no sentiremos el orgullo de ir hacia San Cayetano vistiendo nuestro hábito.
Este año, no nos sentiremos inquietos ni nerviosos cuando se acerquen las doce de la noche.
Este año, no escucharemos entre penumbra y aún muchos con el capirote levantado, las palabras de nuestro Viceconsiliario.
Este año, no se oirá el claqueteo de las herraduras de los caballos de nuestra sección montada al entrar en la Plaza del Justicia.
Este año, no escucharemos los golpes en el portón de la iglesia que, al abrirse, dejara ver nuestro guión señalando el comienzo de la procesión.
Este año, no caminaremos lentamente inundando la plaza de blanco y azul.
Este año no veremos salir “bailando” a nuestro Cristo.
Este año, no nos envolverá el olor a incienso purificador.
Este año, no se nos encogerá el corazón por la emoción cuando, mientras se ilumina, veamos salir por la puerta de San Cayetano a nuestra Virgen de la Piedad.
Este año, no respiraremos tranquilos al llegar a la calle Alfonso y ver que todo está en marcha y no ha habido ningún contratiempo.
Este año, no oiremos el estruendoso rezo de nuestros timbales, tambores y bombos.
Este año, no veremos a nuestras madres, esposas, hijas y amigas, de luto y con mantilla, arropar y acompañar al Cristo y a la Virgen.
Este año, las hachas no señalaran el camino de nuestra devoción.
Este año, no oiremos sonar el carrillón cuando estemos en El Coso.
Este año, a la altura de Don Jaime, no tendremos la sensación de que “esto” empieza a terminarse.
Este año, no nos emocionaremos con ninguna saeta que te parta el alma.
Este año, no nos abrazaremos cuando todo haya terminado en San Nicolás.

Este año, viviremos la Semana Santa de una forma distinta.
¡Pero Vivámosla!

Aprovechemos para reflexionar y meditar con el fin de  intentar ser mejores y crecer en la fe y así, acercarnos más a Dios y a los demás.
Mirémonos hacia el interior para que, reconociendo nuestros defectos, aprendamos a perdonar sin tener que esperar a que nos lo pidan.
Recemos por nuestros seres queridos, por nuestros hermanos, por los enfermos… pero recemos.
Releamos la Biblia y los Evangelios para que recordemos nuestro destino sin desviarnos en el camino.
Este año, no estaremos todos agrupados, uniformados y en formación, pero estaremos todos juntos. Como siempre.

Nuestra Señora de La Piedad, ruega por nosotros

Francisco Gonzalvo Flores
Hno. Teniente

Fotografía : Jorge Sesé

Cofradía de Ntra. Sra. de la Piedad y del Sto. Sepulcro