La sección de instrumentos se pone en marcha con una reunión de bienvenida multitudinaria previa a los ensayos, que se extenderán desde enero hasta el día 2 de abril
Coge tu tambor, tensa tu bombo, prepara tu timbal. El tiempo ha pasado deprisa, los días ya quieren empezar a alargar en esa lucha eterna de tres meses en los que la luz siempre termina ganándole a la oscuridad, para regalarnos el tibio sol de primavera. Ese que calienta sin quemar en las primeras horas de la gloriosa tarde del Viernes Santo. Hacia allí, hacia la luz de esa tarde, siempre hacia el Boterón, emprendimos camino el sábado 25 de enero. Comienzan los ensayos, lo que significa que lo peor ha pasado y lo mejor está por venir, ya tan cerca. Marianistas vuelve a ser –un millón de gracias al colegio-, nuestro cuartel general. Conociendo los gravísimos problemas que muchas cofradías tienen para ubicar y programar sus ensayos, resulta un regalo impagable el refugio que significa el colegio de Marianistas para la Piedad. Allí, precisamente en el Aula Magna del Pabellón Goya, se dio cita la sección prácticamente al completo para el primer encuentro previo a los ensayos. El aula se quedó pequeña para escuchar la bienvenida del Hermano Mayor y conocer por boca del Hermano Delegado de Juventud las novedades de este año: toques, número de ensayos, control de asistencia… El aula no fue espacio suficiente para contener la emoción del reencuentro, al rememorar la Semana Santa de hace ya casi un año, que tardó tanto en llegar y se nos fue como en un suspiro. Es lo que tiene poner imágenes a sentimientos.
Pero ya estamos aquí de nuevo, afinada la corneta, con nuestro tambor a punto, colocado nuestro bombo, dispuesto nuestro timbal. Todos a una, redoblando juntos nuestra pasión, para anunciarle a Zaragoza que se acerca la hora, que la luz va a vencer a las tinieblas y que entonces, ya primavera, la Piedad estará en la calle.