Samper, encuentro de tradición y respeto

La Piedad volvió otro Sábado Santo al Bajo Aragón, donde participamos en la procesión de la Soledad y pudimos sentir la autenticidad original de tocar un instrumento de Semana Santa.

La Piedad, una nutrida representación de cofrades y familiares, volvió otro Sábado Santo a Samper de Calanda. La cofradía respondía así a la generosa invitación del alcalde de la localidad bajoaragonesa para acompañarles en su procesión de la Soledad. Volvimos así a realizar una inmersión en el tiempo, en la tradición ancestral, en los sonidos guturales de los que estas tierras supieron extraer fe, transformarlos en pasión, en cultura aragonesa pura. Tocar un instrumento de Semana Santa en el Bajo Aragón es, lo hemos dicho ya alguna vez, regresar a los orígenes de todo: lo nuestro, lo suyo.

Es mirar a la cara a gentes que te acogen como uno más de los suyos para que participes en algo que para ellos es sagrado e irrenunciable. Cada golpe seco, cada redoble virtuoso, contiene un deje de autenticidad inigualable, porque lleva consigo el poso de los siglos. Nadie recuerda cuál fue su primer tambor o la primera vez que se colgó un bombo o quién le enseñó a tocar. Bueno, sí lo saben: fueron sus mayores, los que generación tras generación han ido transmitiendo el eco del sonido repetido una y mil veces, una y otra vez como un mantra que nos avisa de que Dios ha muerto, de que el velo del templo se rasgó, de que la tierra ha empezado a temblar, de que llegan las tinieblas. Por eso tocan, por eso tocamos.

Y porque tocamos juntos, y porque partimos todos de una misma esencia, y porque nos quieren mucho a los de la Piedad en ese rincón maravilloso del Bajo Aragón que es Samper de Calanda, otro Sábado Santo nos encontramos con ellos, nos abrazamos con ellos, comimos con ellos, nos intercambiamos  recuerdos como viejos amigos, procesionamos con ellos y con ellos, por esas benditas calles, nos hicimos todos uno tocando juntos. En Samper lo más importante es tocar juntos: el padre con el hijo, el hijo con el abuelo, el sobrino con el tío, los amigos con los amigos. Y para ellos es muy importante, porque así nos lo transmiten con su cariño inmenso, tocar junto a los cofrades de la Piedad. Porque nos reconocen y nos respetan como a uno de los suyos y porque saben que para nosotros ellos son uno de los nuestros.

El viaje a Samper de Calanda es algo iniciático, es un viaje a los orígenes casi catártico. Pero, ante todo, es un encuentro lleno de tradición y respeto. Y de cariño mutuo.

Cofradía de Ntra. Sra. de la Piedad y del Sto. Sepulcro