Para los judíos celebrar la Pascua es algo fundamental: es celebrar la liberación de la esclavitud de Egipto. Dar gracias a Dios por todos lo dones recibidos, por haber ayudado al pueblo de Israel en la travesía del desierto, por su protección en los peligros, por el maná en momentos de hambre y necesidad, por la Tablas de la Ley (los Diez Mandamientos) -que son ‘La Alianza’ para vivir una relación personal entre Dios y el pueblo-, y por el regalo de la Tierra Prometida.

Para los cristianos, la Pascua judía se convierte en Eucaristía, que es ante todo Acción de Gracias a Dios por todos los dones que nos regala: alimento para poder caminar por el desierto de nuestra vida hasta alcanzar la tierra prometida, la Nueva Jerusalén. El Paso de la muerte a la Vida. Pero también es actualización del Sacrificio de Cristo en la Cruz, que murió por la salvación de todos.

Por tanto, participar de la Eucaristía no es sólo Acción de Gracias, también me convierte en entrega a los demás. Darme como Cristo se dio, entregarme a mis hermanos, como Jesús se entrega en la Cruz.

Hoy celebramos el Corpus (el Cuerpo de Cristo en la presencia de la Eucaristía) y para nosotros, hermanos de la Piedad, tiene un sentido especial. No es sólo el alimento que me prepara para la Vida Eterna, también me compromete a darme como alimento. Especialmente a los necesitados, a las personas que acuden a nuestra Secretaría de Caridad. Piedad y Caridad se unen en amor a Dios y los hermanos, y esto lo vivimos cada vez que participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Hoy saldrá por todos los pueblos y ciudades la Procesión del Corpus. Sacar procesionalmente a Cristo en la forma de la Eucaristía. Y esto me hace recordar cuando siendo seminarista leí ‘Vida y Misterio de Jesús de Nazaret’, donde decía Martín Descalzo, que la primera procesión del Corpus en la historia fue cuando María sintió a Jesús en sus entrañas. Y la primera exposición del Corpus en la historia en un expositor, fue cuando María al pie de la Cruz acoge a su hijo muerto en sus brazos, en esta advocación para nosotros tan fundamental que es Nuestra Señora de la Piedad.

Feliz día del Corpus hermanos. Y recordad que cada vez que comemos de este pan, nos estamos comprometiendo a vivir como Cristo vivió.

Sergio Blanco Izar
Consiliario