Crónicas desde Lisboa II

Un joven piadoso nos cuenta cómo está viviendo las Jornadas Mundiales de la Juventud

Este jueves 3, llegó por fin el momento de encontrarnos con el Papa Francisco en la capital portuguesa. Los nervios eran evidentes, y eso se apreciaba en el ambiente de todos los jóvenes que ahí nos encontramos. El murmullo constante bajo el intenso sol, daba algunas pistas de la magnitud de la cita a la que habíamos acudido.


A eso de las seis de la tarde, el líder de la Iglesia católica llegó al parque Eduardo Vll, para ,por fin, unos días más tarde de haber dado comienzo a la JMJ, encontrarnos con él. Aunque era difícil verle en el coche, las pantallas permitían ver la emoción que él mostraba por ver al mundo entero reunido.
Había dudas sobre si se levantaría durante el acto, debido a sus problemas de salud. Las dudas se despejaron cuando le tocó hablar y se alzó en pie para proclamar sus palabras. Incidiendo sobre todo en que Dios nos llama a cada uno de nosotros por nuestro nombre.


La ceremonia, en la que no faltaron cantos y bailes, dio comienzo a la estancia De Francisco en esta JMJ 2023, que siguió al día siguiente, el día 4, con el tradicional Vía Crucis.
Un acto que nos resulta muy familiar, pero que en este caso fue muy distinto a lo que estamos acostumbrados. Hubo bailes, reflexiones y hasta testimonios de personas sobre temas de actualidad como el cambio climático, la salud mental o la pobreza. En cualquier caso fue espectacular ver el inmenso escenario lleno de bailarines llevando la cruz de Cristo. Creo que este ha sido, y será, mi acto favorito de toda esta semana, por la reinterpretación del Vía Crucis al que estamos habituados.


Estos dos primeros días con el Papa han sido extraños para mí. Esto no deja de ser un evento a escala mundial, unas jornadas con un alcance que jamás había vivido, y que creo que impresionarían a cualquiera. Pero eso no ensombrece la alegría que transmite ver al Papa, y verlo con la juventud que le sigue. Te permite apreciar el alcance de su palabra y la comunidad que forma la Iglesia hoy en día.
Ya solo queda la vigilia y promete ser algo que nunca podremos olvidar los peregrinos que aquí nos congregamos. En estos momentos me vienen varios sentimientos. Por un lado la tristeza al pensar que esta experiencia acaba y no se si la volveré a vivir. Aunque por otro lado los nervios están ahí, pero le ganan las ganas de vivir esta experiencia al máximo y terminarla de la mejor manera posible.

Cofradía de Ntra. Sra. de la Piedad y del Sto. Sepulcro