A modo de Vía Crucis para los hermanos de la Piedad y sus familias en estos días de retiro “impuesto”. Recorrer el Evangelio en tiempo de Cuaresma, no tiene porque ser motivo de mortificación, antes bien, puede constituir un puente para reflexionar sobre nuestros puntos fuertes como creyentes, te invitamos a ello con estas líneas.
Jornada primera (Primera Estación), Preparar la Pascua. Lc. 22, 7-13.
Igual que los apóstoles, también nosotros debemos mostrar confianza, una confianza inquebrantable. Jesús envía sus discípulos a preparar el banquete y ellos, confiados, acuden a cumplir la misión, no cuestionan a su maestro. Ahora, en mitad de la preparación de nuestra Pascua, se nos impone una tarea “diferente” a la que esperábamos, en lugar de preparar procesiones, hemos de cultivar nuestra templanza, reencontrarnos con el silencio interior, con la paciencia, gustar facetas escondidas de la convivencia …y confiar.
Señor Jesús, tú que conoces el interior de nuestro corazón, antes incluso de que nosotros sintamos algo, danos la fuerza para seguirte en todo momento y vencer nuestros miedos, inseguridades y debilidades.
Preparación de la Pascua Lucas 22.7–13
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Llegó el día de los panes sin levadura, en el cual era necesario sacrificar el cordero de la pascua. Y Jesús envió a Pedro y a Juan, diciendo: Id, preparadnos la pascua para que la comamos.
Ellos le dijeron: ¿Dónde quieres que la preparemos?
Él les dijo: He aquí, al entrar en la ciudad os saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle hasta la casa donde entraré, y decid al padre de familia de esa casa: El Maestro te dice: ¿Dónde está el aposento donde he de comer la pascua con mis discípulos? Entonces él os mostrará un gran aposento alto ya dispuesto; preparad allí. Fueron, pues, y hallaron como les había dicho; y prepararon la pascua.