Domingo 18 de febrero
Iglesia que vive, tiene aliento, voz y canto
En este primer domingo de Cuaresma, nos congregamos como una Iglesia
viva, dispuesta a emprender un viaje espiritual a través del desierto de
nuestras vidas. Recordamos que Jesús, al inicio de su ministerio, también
se retiró al desierto, enfrentando tentaciones y preparándose para la misión
que le esperaba.
El desierto simboliza momentos de prueba, de búsqueda interna y de
encuentro profundo con Dios. Cómo nos dice el papa Francisco en su
mensaje de Cuaresma: A través del desierto Dios nos guía a la libertad.
En este desierto, recordemos que no estamos solos. La Iglesia es una
comunidad que se sostiene mutuamente, que comparte las cargas y
que camina unida hacia la Pascua. Que este tiempo cuaresmal sea un
recordatorio de nuestra alianza con Dios y con nuestros hermanos y
hermanas en la fe.
Oración
Dios y Padre nuestro, que, en tu Hijo Jesucristo, muerto y resucitado,
nos revelas el amor que nos hace vivir como hermanos.
Derrama sobre nosotros tu Espíritu Santo, para que vivamos como
verdaderos discípulos, al servicio de la misión en nuestra Iglesia.
Danos abundancia de gracia y audacia,
para hablar de Ti a los que aún no te conocen.
Danos entrañas de misericordia,
para servir a los pobres con caridad y justicia.
Danos el gozo de hacer vida la Palabra,
para ser testigos creíbles de tu Reino. Amén
(Del material de los Grupo VITA)